WIEDER
TRASMALLO SEMANAL
Todos son o están: se está triste o feliz; se trabaja o se estudia; se despierta o se duerme; se come o se baila; se lee o se escribe. La nada es inexistente; el silencio me irrita. Perdón, disculpa, es contigo. ¿Me escuchas, me entiendes? Veamos, de nuevo: ¿por qué no contestas, cómo puedes no ser, cómo no eres?, ¿eres tú la nada?. La nada no me sirve, la nada es nada. No es siquiera un verbo, ni creo que deba denominarse sustantivo, tampoco un adverbio; la nada debería ser nada, absolutamente nada. Acá debes responder, debes hablar, participar, hacer parte. Debes decir o escribir, ¿tampoco?. Algo debes responder. Para eso son las lenguas, los idiomas: se practica hablándolos, repitiéndolos, escribiéndolos. Debes afirmar, o negar al menos; como esos juegos de mímica en los que se halla una película, un libro o un personaje histórico a través de una serie de afirmaciones o negaciones.
Mira cómo suena de bien el yo soy artista, yo escribo, yo leo, yo publico. Si tú callas, me desesperas. Si no eres ni estás, debes tener: poseer, mostrar, escribir, necesitar. Pero es que parece que no tuvieras, ni necesitaras, ni requirieras. Ayúdame. Por ejemplo: Joe tiene tatuajes; las uñas de Will son de color negro; Jackie usa pantalones cortos; Nina tiene gafas; Mehmet tiene un cuaderno, escribe en él; pero parece que tú no tuvieras, ni estuvieras ni fueras. Creo que, lo más conveniente en tu situación, es irte. Debes salir. Salir, ¿salir?.
Atención. ¡Atención! A ver, tenemos uno de esos naderos. ¿Cuál es la risa? Esto no es gracioso. Sujetos como este, son singulares: creen que pueden vivir sin hablar, sin comunicarse; señalan, observan, oyen pero no hablan, y, si lo hacen, el tono de su voz es extraordinariamente bajo: arrastran las vocales, su lengua esquiva el paladar. Eso es inadmisible. No y no: no en este recinto, en esta habitación. Yo necesito una debida pronunciación, escuchar con precisión, detalladamente. Si no lo haces será mejor que te vayas. Irte. Observa: me siento y ahora me retiro: me levanto, agarro mis cosas (por ejemplo: mi maleta, mi cuaderno, mis libros) y salgo del salón. Así: abro la puerta, la cierro, y nunca más regreso. Si decides no ser, afuera; afuera, afuera, afuera ¡Shu, shu, shu!
¿Cuál es la risa?, ¿qué te parece gracioso, Bea? Repito: ¿qué te parece gracioso? ¿La situación? No lo es, no lo es. Fíjate: he detenido el curso de nuestra amable conversación por este inconveniente; y esta no es la primera vez, incluso ignoro el número de veces que me he visto obligada. Y sonríe. Sonríííe. ¿Por qué sonríes? Sí, ¿por qué extiendes los labios y muestras los dientes? Los dientes: estos. Deja de levantar los brazos con ese ánimo senil, apenas se desplazan, apenas te mueves. ¿Eres mudo? Sí, mudo: te comunicas a través de gestos, tus manos, es tu cuerpo el que puede llegar a transmitir. ¿Lo eres o no? Quiero una respuesta y la quiero ya, ya mismo.
Alguien que me ayude. ¿Es que ninguno de ustedes ha hablado con él? ¿Ninguno? Por favor, por favor. Basta de risas. ¡Atención! Esto es serio y requiere de su colaboración. ¿Le pueden explicar que debe irse: retirarse de una vez por todas? Si no soy yo, si a mí me ignora, que otro lo haga, que otro le demuestre. ¡Tú! Tú que haces reír a todas las personas con tus impertinencias y eres simpático. Tú, muéstrale el camino. Hazlo. Vamos, vamos. Enséñale la serie de acciones. Empaca tus pertenencias en la maleta, la ma-le-ta, y sal. Sí, cierra la puerta. ¿Comprendes ahora? Por favor, cada uno haga lo mismo. Tomen sus objetos personales y expongan la acción. Eso, el siguiente; ahora tú; ahora tú; ustedes dos; ahora los del fondo; la última línea. Correcto. Mírenlo, por favor; expongan. Adelante. Ahora ustedes. ¿Lo ves, lo ves? Es esto lo que debes hacer.
Tú, tú, el que está ahí. Necesito que tú repitas la acción. Esta acción: agarrar tus cosas, recogerlas, meterlas en el morral y salir: nunca volver. Mira como lo hago yo: ingreso mi cuaderno, mis carpetas; observa cómo cierro mi bolso, cómo apago las luces. Fíjate en el sonido de la puerta al cerrarse, detalla la oscuridad. Quédate solo, nadea, no hagas más que ser la nada y no estar.